¿Quién fue Martín Lutero, el teólogo que cambió el mundo?
El padre de la reforma protestante, Martín Lutero, cambió la concepción de la iglesia para siempre cuando, el 31 de octubre de 1517, clavó en una iglesia de Wittenberg sus famosas 95 tesis en las que condenaban la avaricia y el paganismo de la iglesia católica, pidiendo a gritos una reforma en las tradiciones de la fe.
En tan solo dos semanas, las 95 tesis de Martín Lutero fueron traducidas al alemán y corrieron como la espuma por toda Europa, siendo una de las primeras grandes aportaciones de la imprenta para facilitar la distribución de este documento de una manera rápida y sencilla.
Primeros años
Martín Lutero nació en el seno de una familia de campesinos. Antes de nacer, sus padres tuvieron que hacer frente a un enorme incendio que destruyó su casa por completo y tuvieron que trasladarse a la región de Mansfeld donde su padre, Hans, empezó a trabajar en las minas de cobre.
Después de esto, la familia de Lutero comenzó a prosperar y consiguieron fundar un negocio propio, mientras que el pequeño comenzaba a destacar en los estudios. Se confirmó esta buena tendencia cuando Lutero destapó entre su colegas estudiantes en la Facultad de Derecho de la universidad de Erfurt.
Pero la vida de Lutero cambió en 1505. Cuando regresaba a casa para visitar a la familia en Mansfeld, el prometedor estudiante de derecho se vio sorprendido por una tormenta eléctrica que le hizo cambiar su concepción del mundo. Un rayo estuvo a punto de impactar sobre él, y se encomendó a Santa Ana, asegurando que si lo libraba del peligro, se haría monje.
Pocos días después, Martín Lutero cumplió su promesa e ingresó en el conocido monasterio agustino de Erfurt.
Un monje diferente
Después de una experiencia traumática, Lutero buscó el consuelo en Dios y vio una enorme oportunidad de experimentar la vida dentro de los muros del monasterio. Al principio se mostró como un discípulo obediente, mostrando su respeto a Dios. Reflexionaba, meditaba, ayunaba y rezaba unas seis horas al día.
Dos años después de ingresar, el obediente Martín Lutero ya era sacerdote y el aprendizaje teológico fue el centro de sus estudios para conocer mejor a Dios y su mundo.
En 1510, Lutero recibió un encargo que volvería a cambiar su vida por completo. El joven monje fue enviado a Roma en una misión para la orden de los Agustinos.
Allí conoció que los líderes eclesiásticos, inmersos en una inmensa ruina por la construcción de la Basílica de San Pedro, habían introducido las indulgencias, por las cuales toda persona podría salvarse del infierno mediante dos maneras: una era rezando, la otra era pagando. Incluso los muertos podrían salvar su alma si sus parientes contribuían con la iglesia con dinero.
A pesar de que Lutero seguía leyendo la palabra de Dios, jamás encontró la aceptación en los libros, y descubrió poco a poco, que Jesucristo solía daría la paz a aquellos de fe y por gracia divina. Nada de pagar para librarse del infierno. En este momento, Martín Lutero comenzó a plantear las actuaciones de la iglesia para conseguir dinero utilizando la fe para salvar a la población.
95 tesis revolucionarias
Fue en 1517 cuando Martín Lutero comenzó a criticar a la iglesia por su nueva ronda de indulgencias para costear la Basílica de San Pedro. El 31 de octubre de ese año, después de criticar abiertamente estas indulgencias por suponer un tráfico de poder por parte de la iglesia con los suyos, decidió dar un golpe de efecto y redactor las 95 tesis sobre su pensamiento.
Estas tesis fueron enviadas al cardenal Alberto de Brandeburgo, que no contestó a Lutero, lo que le hizo llegar más lejos. El 31 de octubre, Martín Lutero clavó las tesis en la puerta de la Iglesia de Wittenberg, acto que desató un enorme debate y sacudió los pilares de la iglesia en ese momento.
Su mensaje fue reproducido y difundido con mucha rapidez, y los altos mandos de la iglesia se movieron para obtener una rectificación de Lutero.
En una reunión unos meses después de su acto de rebeldía, el cardenal Thomas Cajetan pidió a Lutero que se retractase de sus tesis de manera pública por la autoridad que el propio Papa le había concedido.
Lejos de retractarse, Martín Lutero continúo dando conferencias charlas sobre sus tesis, lo que supondría la creación, en 1522 del Luteranismo.
Excomunión y Luteranismo
El Papa de la época, León X, amenazó a Martín Lutero de excomurgarle si persistían sus críticas y no se retractaba. El monje dejó claro su postura y afirmó que que lo haría si le presentaban un debate que refutara su posición.
El 10 de diciembre, cuando Lutero recibió las noticias de su excomulgación, quemó la carta de León X, siendo oficialmente excomulgado de la iglesia en enero de 1921.
Pero Martín Lutero, aunque era perseguido, no dejó de ganar seguidores por Alemania y Europa, lo que le supuso el apoyo de los príncipes alemanes, cercanos a las protestas que exponía Lutero. Fue el germen del Luteranismo que se desarrolló en los años posteriores y hasta el día de su muerte, en 1546.